Puede ocurrir que en la noche suene el teléfono
y que del otro lado de la ciudad una voz más bien grave
te pregunte si Dora está en la casa,
y tampoco Pablito, solicitado por voces llenas de ternura,
y aún menos el doctor cuya consulta ha de estar hormigueando
de pacientes de muy diversa índole.
Puede ocurrir que mañana, al abrir el periódico,
te enteres de que un hombre grande (alguien
que acaso viste alguna vez desde lejos) ha muerto;
o también el periódico puede sacudirte
con noticias de ciudades derrumbadas, de huelgas generales,
y, en fin, de pequeños sucesos previamente condenados al olvido.
Puede ocurrir que la noche te parezca demasiado larga,
que te pongas a mirar cómo se deslizan las estrellas,
pero de ningún modo quedará excluida
la posibilidad de seguir alimentando el amor
mientras realizas, o sueñas que realizas, algo nuevo.
Todo esto y mucho más puede ocurrir y ocurrirá sin duda
si tan sólo dedicaras unos minutos a sentir lo que te rodea,
si dejaras que el mundo participara plenamente de tu mundo,
so conocieras
si dejaras que el mundo participara plenamente de tu mundo, so conocieras el hermoso poder de escribir un poema.
si tan sólo dedicaras unos minutos a sentir lo que te rodea,
si dejaras que el mundo participara plenamente de tu mundo,
so conocieras
si dejaras que el mundo participara plenamente de tu mundo, so conocieras el hermoso poder de escribir un poema.
Fayad Jamis, Puede ocurrir.